Crónica de la Jornada ‘REVISANDO PRIVILEGIOS. Fronteras visibles e invisibles en las alianzas feministas por la lucha contra las violencias machistas’

  |   Actividades
Compartimos la crónica de la jornada donde feministas diversas nos reunimos para hablar de las fronteras físicas y simbólicas entre los feminismos, en relación a los privilegios que nos atraviesan. Conversatorio entre Maritza Buitrago (activista feminista), Basha Changuerra (Afroféminas), Carmen Juárez (Mujeres migrantes diversas), Xantal Guenovart (Asociación de mujeres musulmanas de Cataluña) y Carme Vidal (red Anawanti).

Carme VidalRed Anawanti

«La interseccionalidad sitúa nuestro conocimiento del mundo, autoriza la vivencia como práctica de aprendizaje».

La jornada empezó con una presentación por parte de Carme Vidal de  Anawanti, la Red internacional de organizaciones feministas de América Central y el Mediterráneo por una vida libre de violencias machistas, como un espacio de encuentro, reflexión y reconocimiento entre organizaciones diversas. Anawanti es un lugar desde donde compartimos prácticas feministas de resiliencia y de resistencia frente un patriarcado global y local. Carme hizo la presentación también desde su saber situado y su experiencia personal. En este espacio de la red, las organizaciones hemos aprendido que feminismo no puede conjugarse en singular. Hacerlo es un error epistemológico de graves consecuencias. El feminismo tiene que concebirse en plural, para poder acoger su diversidad. El punto de partida de la red, consensuado, es que el feminismo es toda aquella confrontación y  rebelión ante mandatos patriarcales, a cualquier lugar y momento.

Aun así, en el marco del trabajo de la red, nos preguntamos también que qué sucede cuando los feminismos se constituyen en fronteras. Que hacemos cuando el feminismo se expresa como lugar de poder? Esta es una reflexión necesaria que pretendemos abordar en esta jornada.

Maritza Buitrago – Activista feminista

“El capitalismo y el patriarcado no se sostienen sin colonialidad” 

«La ley de extranjería, que es un instrumento de colonización, no está en ninguna agenda feminista»

«Si entendemos que hay una masculinidad hegemónica, ¿por qué no aceptamos que hay una colonialidad hegemónica?»

Maritza realizó su presentación desde la práctica política que lo acompaña, el antirracismo. Se declaró feminista, y durante muchos años participó en el movimiento feminista. No obstante, este activismo se le quedó corto a causa de su vivencia de la opresión racista. Maritza se reconoce en el feminismo decolonial, que identifica los privilegios blancos y las resistencias que las personas no racialitzades tienen para reconocer sus privilegios y las miradas subalternas, los otros feminismos.

Su análisis es que el capitalismo y el patriarcal no se sostendrían sin el colonialismo. La teoría decolonial identifica que el mundo se estructura entre 2 zonas (no solo geográficas norte-sur, sino que se dan también en nuestras ciudades):

SER – En ella habitan las vidas que merecen ser vividas, los sujetos de derechos. Arriba de todo de esta jerarquía se sitúa el hombre blanco, heterosexual, rico, poderoso. Es la expresión de la “civilización”.

NO SER – En esta zona habitan las vidas que no merecen ser vividas, las vidas subalternas, las personas racialitzades, consideradas “bárbaras”, sujetas de no derechos. En este espacio es donde se extienden las violencias: expolio de cuerpos y territorios, guerras, racismo, violencia institucional…

En este sistema opera la blanquitud hegemónica, que es un eje estructural, una categoría superior que sustenta las relaciones de poder que se establecen en el sistema del SER/NO SER.

El feminismo hegemónico se sitúa en este sistema porque solo considera la opresión de género, y la universaliza sin tener en cuenta las múltiples opresiones que viven las mujeres racialitzades. Universaliza el concepto de opresión de género y considera que las reivindicaciones de las mujeres blancas, heterosexuales, de clase mediana (las que están en la zona del SER) engloban a todas las mujeres. Para Buitrago, en este marco, para construir alianzas entre los feminismos diversos, hay que situarse en el antirracismo.

Maritza terminó su intervención proponiendo algunas preguntas necesarias para “revisar privilegios”: Cómo opera la blanquitud en nosotras? Cuáles son los relatos hegemónicos que sustentan y refuerzan la colonialidad?

Basha Changuerra – Afroféminas

«El feminismo negro no es un tipo de feminismo»

Basha Changuerra inició su intervención haciendo una reflexión sobre su presencia a la mesa y el hecho que había pocas mujeres negras en la sala. ¿Es este un espacio seguro de debate para una mujer negra?

Para Basha el feminismo negro no es un tipo de feminismo. No es una casa dentro de otra casa, es una casa junto a otra. El feminismo interseccional no existe como movimiento. Existe el feminismo negro, que es interseccional porque identifica las diversas opresiones que operan en la vida de las mujeres negras. No hay una jerarquía de opresiones, puesto que en cada persona y en cada momento pueden operar diferentes opresiones al mismo tiempo. La deconstrucció de privilegios que generan las relaciones de poder es un camino que no acaba nunca.

El feminismo negro pose en cuestión el concepto universal de “mujer”: no existe una categoría universal de “mujer”. El feminismo hegemónico homogenitza las mujeres y se basa en el sistema de la colonialidad. Un hombre racializado tiene menos privilegios que una mujer blanca en cuanto a acceso a educación, ciudadanía, etc.

Changuerra complementa la estructura del sistema colonial (SER / NO SER) posando en el centro los PRIVILEGIOS:

Cuando más cerca estés de la parte de arriba (la del SER), más fácil será tu vida, más privilegios y menos opresiones tendrás.

Basha denunció el colonialismo epistémico: la necesidad de las personas eurocéntricas / hegemónicas de analizarlo todo según su lugar en el mundo (según su sesgo). Por eso es importante preguntarnos: ¿donde me sitúo yo en este sistema – mundo? ¿Cuanto de este sistema me he trabajado?.

Carmen Juárez – Mujeres migrantes diversas

“Una feminista me dijo: mientras yo rompía el techo de cristal, una mujer racializada recogía los cristales rotos”

«Las mujeres migradas no queremos que nos rescaten. Somos sujetas activas de emancipación. Necesitamos aliadas, compañeras de lucha”

Carmen Juárez habló desde su experiencia personal de cuidadora durante 4 años como trabajadora interna. 4 años de explotación (cobraba 750 € para trabajar 24h, solo tenía 5 horas en la semana libres, y sin contrato) y de la soledad de las trabajadoras domésticas. Junto con otras compañeras crearon la asociación Mujeres migrantes diversas. Una asociación feminista, que acoge la diversidad, antirracista, pro derechos LGTBI, etc. La asociación ha fortalecido las mujeres migradas para identificar discriminaciones y opresiones y reclamar sus derechos.

Explica que mujeres de servicio de atención domiciliaria cobran 935 € para trabajar 40 horas a la semana. Muchas mujeres aunque cotizan, no tienen derecho a paro después de 10 años trabajando.

Juárez plantea romper el tabú y habla de que las mujeres blancas feministas contratan mujeres racializadas para trabajar en sus casas. Plantea salir de la hipocresía y del discurso políticamente correcto, y pasar a ser coherentes: qué quiere decir posar las curas y la vida en el centro?

Cármen Juarez finalizó su intervención pidiendo alianzas: los derechos de las mujeres en el trabajo doméstico tiene que ser una lucha de todas.

Xantal Guenovart – Associació de Dones musulmanes de Catalunya

“La mirada del otro te construye”

Xantal Genovart hizo una exposición, desde el plano personal, sobre su tránsito espiritual a la religión musulmana y el que supuso para ella el identificar discriminaciones por el hecho de posarse el “velo”. «Cuando mi identidad empezó a leerse de una manera diferente me di cuenta el poder que había tenido hasta el momento».

En este tránsito, Xantal pasó por varias fases: una primera de justificación y explicación. Después de darse cuenta que no tiene que justificar su opción de vida pasó en una etapa más punkie, en la que se enfrenta a los cuestionamientos, a las increpaciones que vive cotidianamente. Por ejemplo, posar en entredicho su libertad a la interpretar que había migrado a la religión musulmana por su marido. Parla de la contradicción y el enojo que provoca ser una mujer blanca, catalana, y que haya renunciado a los privilegios que esto comporta. A La mujer musulmana le es negada su agencia, cuando tiene presencia en medios es de forma instrumentalizada, ‘para llevar el velo’, pero se niega su agencia. Cita a Gosfroguel: “La mujer musulmana es la máxima expresión del no ser”.

Xantal denuncia también la mirada colonial sobre el mundo musulmán: la aportación histórica del Islam a la cultura española y europea se niega e invisibiliza.

El debate posterior giró en torno a diferentes temas como:

  • Qué significar ser “racializada”? Cuestionamiento del concepto, porque implica que la mirada del otro construye la mía. “Yo no me siento “racialitzada”, me ven racialitzada”.
  • Todo el sistema está orientado a homogenitzar, y el homogenització supone la pérdida de agencia política.
  • Se habló de la “fragilidad blanca”: capacidad de no sentir / ver las opresiones que no nos atraviesan. Ejemplo: cuando una persona racialitzada señala una actitud racista, una persona blanca la cuestiona y le saca importancia.
  • Se habló del racismo epistémico: Basha Changuerra recomendó un curso por personas blancas, para revisar privilegios, que lleva a cabo Desirée Vela, así como el visionado del documental ‘Hello privilege, y am Chelsea’: https://www.youtube.com/watch?v=tpslcrvlwt4
  • En la construcción de alianzas, Buitrago posó el ejemplo de buenas prácticas en algunas iniciativas de la economía social y solidaria.https://twitter.com/MigrESSBcna

Algunas conclusiones:

  • No se puede renunciar a ciertos privilegios (por ejemplo, no podemos renunciar a ser blancas o haber nacido en un lugar determinado), pero si los podemos utilizar para enfrentar o revertir situaciones de opresión.
  • Como construir alianzas? Trabajar y comprometerse con el antirracismo. Ceder espacios a personas no hegemónicas. Fijarse en el porcentaje de personas racialitzades en las organizaciones feministas.
  • Se tendría que hablar de personas migradas, no personas migrantes. El verbo en transitivo supone que el proceso migratorio no acaba nunca.
  • Necesitamos establecer medidas de discriminación positiva hacia personas racializadas para reparar las consecuencias del racismo.
  • Se tiene que disponer de datos específicos sobre la cuestión racial para poder establecer medidas en el ámbito legislativo (paralelismo con la necesidad que se tuvo de datos específicos sobre violencias machistas para poder elaborar una ley contra la violencia de género).